Una niña de siete años ofrece “una rosa para la señorita” a la medianoche en la peatonal del centro a las parejas que apuran el regreso después del cine. Otra niña, de catorce años, se ofrece ella misma en una rotonda, a la entrada de un puente, cuando todo es oscuro y verdadero.
Una joven se acerca a mi mesa en un patético patio de comidas de un edificio comercial del centro y se disculpa por apurarme: me dice que tiene que limpiar más de cien mesas por hora o pierde el empleo y el administrador la está vigilando. No me atrevo a preguntarle cuánto gana. Puedo acertar en el cálculo.
Un antiguo izquierdista revolucionario de los años sesenta viste su traje Giorgio Armani para comer esta noche con su flamante nueva compañera en Chez Tréville. En la mañana ha dictado una conferencia en una universidad metropolitana acerca de la sensibilidad social en la cultura globalizada. En la tarde ha jugado un intenso partido de squash a la salida de su trabajo ejecutivo en una gran compañía chileno/norteamericana.
A esa misma hora, en alguna cité de Santiago Norte, un anciano decide ahorcarse en el pasamano de una vieja escala de madera. En un antiguo tocadiscos RCA languidece un long play de Alfredo de Angelis. Los vecinos dirán que estaba aquejado por una profunda depresión y por una más profunda pobreza.
Unos días después estoy en lo de Lina en un campamento de miseria para tomar con ella una taza de té y unas tostadas con margarina. El frío se cuela insolente por las junturas de las tablas. El piso de tierra está húmedo. Afuera el barro se confunde con los juegos de los hijos de Lina, que me cuenta su drama económico, su tremenda soledad.
Un camión cisterna está estacionado en la esquina del Camino a Lonquén con el camino Santa Marta. La madrugada arroja sus primeras luces, tímidas todavía. Una manguera gruesa, semejante a una oruga gigantesca, está sumergida en el canal de regadío que cruza esa esquina rural. Desde la ventanilla del colectivo observo. Algunas cuadras más allá recién me doy cuenta de lo hace ese camión allí. Está vertiendo al canal desechos industriales líquidos.
Bocetos de hace quince años. Las buenas noticias siguen sin llegar…

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