Hace unos días recibí aclaración de parte de mi amable editora que esta columna aparecería en la sección de opinión del menú de blogs de CVCLAVOZ. Por alguna razón yo había entendido que estaría en literatura y por ello escribí la nota “Un nuevo entorno”. Me apresuro entonces a corregir el malentendido e invito a las lectoras y lectores de estas líneas a encontrarnos en “Opinión”. Válidas quedan, sin embargo, casi todas aquellas palabras con las que les volví a dar la bienvenida a este espacio, que continúa abierto a la exploración y a la búsqueda lateral, a esos universos paralelos a los cuales frecuentemente hago referencia aquí.

Esta situación me ha dado pie para hacer algunas reflexiones acerca de los extensos y no siempre claros alcances de la opinión. Este es un concepto que se torna muy ambiguo si uno no lo define adecuadamente. Hace muchísimos años miraba por televisión la noticia de la trágica muerte de un personaje público de mi país. Sus acongojados vecinos hacían silenciosa guardia enfrente de su casa. Un joven periodista se acercó a uno de ellos y le preguntó: “¿Qué opina de la muerte de X?” El rostro del interpelado expresó un horror que recuerdo haber compartido como espectador. Su respuesta fue tajante: “¿Cómo se le ocurre preguntar semejante cosa? ¿Cómo voy a opinar de su muerte?” El joven reportero no había entendido aún que hay cosas que no son “opinables”. A esto es lo que me refiero cuando digo que el alcance de la opinión puede ser muy ambiguo. Y también superficial. En la televisión de farándula se ha inaugurado la sorprendente ocupación de “opinólogo”; esto es, el oficio de decir lo que al caballero o la dama en cuestión se le ocurra sobre la vida pública y/o privada de cualquier persona, sin ninguna profundidad y no pocas veces con oscuras intenciones.

La opinión debe ser documentada, pertinente, responsable y más que nada, sobria. Al fin y al cabo, es sólo una opinión. Los hechos son materia sólida y merecen una justa representación. No son muchas personas las calificadas para tal responsabilidad.

Si por opinión se entiende un conjunto de afirmaciones sin respaldo documental, sino apenas exploraciones sin cartografía sobre el significado del mundo y de la vida, entonces “Paralelo” puede considerarse en esa categoría.

Bienvenidos… de nuevo!

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