Cuando llegamos al final de algunos ciclos solemos hacer una mirada retrospectiva para ver cuan bien o cuan mal nos fue. Y muchas veces eso nos deja sin aliento, dándonos cuenta que no estamos ni cerca de donde pensábamos que estaríamos a estas alturas de la vida.
Si no puedes dormir en la noche o sientes que no tienes un momento en el que puedes disfrutar de la calma, puede ser porque lo que estás buscando es tener paz interior.
Hay gente en el mundo que pasa su vida en las montañas, aislados del mundo exterior, para poder buscar su paz interior.
Otros, viven buscándola pero nunca la encuentran.
Hay una clave simple y poderosa para que en el día de hoy, si tu eres uno de ellos, puedas conseguir tu paz.
Mateo 11:28-30
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
¿Cómo hacemos para recibir esa paz? Recibiendo lo que Cristo tiene para ti. Primero entendiendo que Él, es el único que puede sacarte de ese lugar y traerte a un lugar de paz. No luches más, comienza a recibirlo. Él hizo el sacrificio más grande que alguien pudo hacer, y fue todo por ti. Si hubieras sido la única persona en el mundo, Él igual lo hubiera hecho.
Y acá nos da la respuesta de como podemos hacer para recibir esa paz.
Mateo 6:25-34
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Si tu carga es grande, si estas cansado de luchar, si tu estrés esta “tomando protagonismo”en tu vida más que tu mismo, entonces es momento que puedas poner tu confianza en alguien más grande que tu.
Si quieres hacerlo, te invito a que me escribas a [email protected] . Te estaré esperando.