La atracción del vacío regresa de tanto en tanto como ese vértigo que asalta en el balcón de un décimo piso. En medio del ruido de los días, en la refriega y el tumulto de los asuntos urgentes, en las exigencias que debe atender el ser expuesto, se insinúa el silencio, la oscuridad, una suerte de nada – no una nada total, imposible en la contingencia de esta patente humanidad – sino neblinosa, ahíta de silencio y misterio.

Retorna en la inercia de la pregunta sobre el sentido de las cosas vividas, del conocimiento adquirido, de los abandonos y finales de las cosas que se suponían permanentes. Vuelve con su suma de días, con su calendario ajado y amarillo. Abre una puerta lateral por la que se quiere uno escurrir como en aquellas fiestas de las cuales se escapa disimuladamente.

En la cocina en penumbras, reencontrado lugar secreto, afino mi deteriorado oído para escuchar, recuperar más bien, el habla del silencio intencionado. Porque hasta entonces los días pasan, proponiendo caminos, las posibilidades se presentan con sus requiebros seductores, los años se hacen más cortos, los dineros se van terminando, las opciones auténticas se reducen. Por qué rayos no son las cosas simples las que esta alma anhela. A la atracción del vacío se opone siempre la sugestión de un enganche fácil, de una inserción acelerada y eficiente en la ingeniería del presente con su matemática del éxito.

En esa nada imaginaria, como superficie lunar bajo un cielo sin estrellas, no hay preguntas ni urgencias. Hay un tiempo indescifrable, una calma inmóvil, un silencio restaurador. Abreva en ella el alma intranquila; duerme sin sueños, recupera sentidos, establece de nuevo su centro. Tal vez no sea más que otro artificio, un invento desesperado, pero ayuda.

Al regresar al amasijo de las jornadas, la vida resiste el golpe fiero de la realidad, recargada de perspectiva, con recuperada conciencia de la levedad de las cosas. Los espejismos se evidencian. La verdad del dolor y de la muerte confiere sentido a la existencia y ésta se concentra con más certidumbre en lo esencial.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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