Ya llegó Diciembre y en un parpadear de ojos llegará el día de Navidad y tenemos que estar listos y preparados con el regalito o los regalitos para nuestros familiares y amigos cercanos.

Para mí este es un momento un poco estresante, en realidad BIEN estresante porqué nunca sé que regalar y es irónico porqué debería ya saber que cosas le gustarían a mi esposo, mamá, papá, hermano, primo, prima, mejor amiga, segunda mejor amiga, etc.

Entonces uno se da la tarea de llamar o contactar de alguna manera a los que les quiere comprar un regalo de Navidad y si tu familia es como la mía, las respuestas que recibes seguro son: “No sé” – “no quiero que me regalen nada” – “lo que tu quieras”

Esa última, “lo que tu quieras” me desespera, ¿cómo es eso de lo que yo quiera? Si fuese por mí no regalo nada pero como no se puede ser cruel en Navidad uno tiene que empezar la cacería y la búsqueda de un regalo sorpresa para este ser querido.

¿Cuál es la necesidad de poner a tus seres queridos bajo semejante nivel de stress?

¿No es más fácil que tú (el que va a recibir el regalo) escojas algo, lo que sea, sea grande, sea pequeño, a que recibas un regalo “sorpresa” que no te guste, que no necesites y que vayas a botar o reciclar*?

Ahora te pregunto, ¿qué es mejor, decir que regalo se desea o esperar que te sorprendan bien o mal con un regalo?

*Reciclar: en este caso, darle el regalo a otra persona.

 

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