A un herrero que había entregado su vida a Jesús le gustaba hablar de su fe y cierto día uno de sus amigos le dijo: “Explícame por qué tu Dios, quien dices es todo amor, ha permitido que pases por tantas pruebas”.

Tomando un trozo de hierro le respondió: “Para que este trozo de hierro sea útil es necesario que lo pase por fuego para luego martillarlo, si resiste vuelvo a hacer lo mismo muchas veces pero si no resiste entonces es chatarra”

Cada vez que vivimos tiempos difíciles o dolorosos en las distintas áreas de nuestra vida pensamos que estamos siendo castigados o que simplemente hemos sido olvidados por Dios.

Quizás alguna vez escuchaste o te hiciste estás preguntas:

Si mi relación con Dios es buena, ¿por qué tengo problemas?

Si cumplo con mi diezmo y ofrenda, ¿por qué me pasan estás cosas?

Si le sirvo a Dios, ¿por qué tengo que pasar por todo esto?

Y así podríamos seguir mencionando las preguntas que uno se hace cuando está pasando por la prueba.

El apóstol Pedro señala una gran verdad que pocos estamos dispuestos a aceptar y comprender, Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo” 1 Pedro 1:7 (NTV).

En el tiempo de prueba es cuando debes demostrar de qué está hecha tu fe, aleja toda de idea equivocada sobre el castigo o el olvido de Dios, esa es una mentira del enemigo para debilitarte y vencerte.

Cuán difícil es mantener el gozo cuando hay muchos motivos para llorar y que complicado es permanecer de pie cuando todo está cayendo a tu alrededor, pero es justamente en esos momentos en los que tu fe debe ser de acero, a prueba del fuego y de los golpes de la vida.

Dios no quiere destruirte con la prueba, pero desea hacerte fuerte y a diferencia del herrero que desecha el hierro que no soporta el fuego y los martillazos, Él no te desecha sino que sigue trabajando en tu vida porque quiere sacar lo mejor de ti.

Es una realidad inevitable que seguiremos pasando pruebas a lo largo de nuestra vida, pero debemos tener presente que Dios ha prometido caminar con nosotros para enseñarnos que todo es parte de un plan maravilloso.

“Cuando pases por aguas profundas,  yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad,  no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán” Isaías 43:2 (NTV)

Por Judith Quisbert.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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