Marta y María eran dos hermanas muy diferentes. La primera era tranquila y observadora, pero la segunda era más dominante y activa.

Un día, Jesús fue a su casa, Marta quiso darle la mejor atención a su maestro por lo que fue a la cocina y se puso a trabajar; mientras  que María pensó que sería una gran oportunidad para sentarse a los pies de Jesús y escucharle hablar. Como Marta estaba sola en la cocina, cansada al no poder terminar sus quehaceres, empezó a murmurar. Lo que en un principio le pareció un servicio, al final terminó siendo una carga y se frustró mucho porque María no la estaba ayudando, tanto  que incluso intentó decirle a Jesús lo que tenía que hacer: “…Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! (Lucas 10:40).

La preocupación te hace olvidar de lo que realmente importa. Fíjate en estas tres cosas:

– Marta Recibió a Jesús en su casa, pero María buscaba su cercanía.

– Marta se ocupaba de muchos quehaceres que la llevaron a afanarse, pero María escuchaba la voz de Jesús.

– Marta se frustró con lo que hacía y terminó enojándose, pero María disfrutaba la presencia de Jesús en su casa.

¿Con cuál de las dos te identificas?

A veces nos gusta llenar nuestro tiempo con muchos quehaceres, al igual que Marta, y ofrecemos a Dios actividad en lugar de adoración y no nos damos cuenta que al mantenernos tan ocupados no tenemos el tiempo necesario para escuchar lo que Él quiere decirnos.

Es verdad que hay mucho por hacer en el ministerio, pero ante todo: ¡Dios valora tu actitud más que tu servicio!

Si hasta el día de hoy creíste que servir a Dios tiene más importancia que escuchar su voz, déjame decirte que estás en un  error, porque lo que Jesús quiere contigo es una relación.

Es necesario mantener un equilibrio, entre buscar a Jesús, adorarlo con todo el corazón y cumplir con nuestro servicio.

¡No descuides tu comunión con Dios por prestar más atención a su servicio!

«Yo, el SEÑOR, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras». Jeremías  17:10 (NVI)

Por Ruth Mamani.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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