Cuando Adán y Eva pecaron, se escondieron para que Dios no los encontrara. Una vez que Dios supo dónde estaban, pregunto a Adán: “ ¿Has comido del árbol de que yo te mande no comieses?” Pero él, en vez de asumir su responsabilidad de cabeza de hogar, prefirió poner en el asador a su mujer antes que quemarse a sí mismo.

Ese momento Adán se olvidó que por su esposa podría cruzar el Atlántico nadando o que por ella escalaría el monte Everest. Lamentablemente él no asumió el rol que Dios le había dado.

Durante el noviazgo, muchas parejas se prometen el uno al otro que por ellos darían hasta la vida si fuera posible, porque están tan enamorados que no podrían vivir sin el otro; pero una vez casados las promesas se van volando, el varón no asume la responsabilidad que Dios le puso como cabeza de hogar, de proteger, proveer y respetar a su esposa. En el caso de la mujer, como una ayuda idónea, apoyar a su esposo, hacerle sentir que él sigue siendo el amor de su vida.

Tristemente, hoy en día ambos tratan de ir por su lado buscando su propio beneficio y se olvidan de la promesa que hicieron en el altar y como cada uno estira por su lado, se inician discusiones acaloradas que los alejan aún más en vez de acercarlos.

Un claro ejemplo de cómo debe portarse un conyugue es Job, un varón temeroso de Dios y apartado del mal que asumía su responsabilidad en las buenas y en las malas. Él tomó su papel de líder del hogar, oraba e intercedía por sus hijos y por su esposa.  Job es un gran ejemplo a seguir, todos estamos llamados a asumir nuestra responsabilidad en el rol que Dios nos ha dado como cabeza del hogar o como ayuda idónea.

Dios diseñó el matrimonio para que lo disfrutemos, no para destruirlo por nuestra necedad. Dejemos a un lado nuestro orgullo y, en vez de pasarnos la pelotita buscando al culpable, pidamos sabiduría y dirección a Dios para solucionar cualquier problema que podamos tener con nuestro conyugue.

 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”.Efesios 5:25 (RVR 1960)

“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”.Efesios 5:22 (RVR 1960)

Asume el rol que Dios te dio  dentro de  tu matrimonio, no seas como Adán que quiso deslindarse de la responsabilidad que él tenía sobre su esposa.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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