Dilan Popepscu, era un exitoso gerente de uno de los más prestigiosos hoteles de Francia, sus empleados lo llamaban el Señor “P”. Este hombre tenía la particularidad de estar siempre de buen humor. Aún en las circunstancias mas difíciles,  él sorprendía a todos con su irrenunciable  optimismo.  Era un gerente único.

Durante una entrevista, un periodista le dijo con asombro: “No lo entiendo… no es posible ser una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo lo hace?”, el Señor P le respondió: “Cada mañana cuando me levanto, me digo a mí mismo, Dilan, tienes dos opciones hoy, puedes escoger estar de buen humor o de mal humor. Y yo, elijo estar de buen humor”.

“Claro que a mí también me pasan cosas desagradables, pero es entonces cuando pienso: ante esta situación, puedo escoger entre ser la víctima o descubrir lo que ese problema tiene para enseñarme. Lo mismo hago cuando alguien viene a mí para quejarse, puedo ser parte de su queja, o enseñarle el lado positivo. ¿Y sabe qué?,  escojo mostrarle lo bueno que tiene vivir. Cada uno es responsable por elegir que actitud va a tomar en la vida”

Al terminar la nota, el periodista se fue pensando: “Es muy fácil ser positivo cuando se tiene buena salud y dinero.”

Pocos días después, el periódico local relataba la historia de un asalto realizado por un grupo armado. Los ladrones no solo habían robado en la casa de Dilan, sino que también y antes de retirarse, le habían disparado.

El periodista, fue a visitarlo y le preguntó: ¿cómo se siente Señor P.? el hombre aun indispuesto le respondió:  “Cuando estaba tirado en el piso recordé que tenía dos opciones. Podía elegir entre vivir y morir. Y una vez más elegí la vida y aquí estoy” “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las caras de los médicos, realmente me asusté podía leer en sus ojos: este es un hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión. “¿Qué hizo, entonces?, le preguntó el periodista, “en ese instante y ahora mismo, sigo escogiendo vivir…”

El periodista decidió publicar la historia de aquel hombre cuya frase al pie de la página decía: “Un gran hombre logró vivir gracias a la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud.”

Dilan, como cualquier hombre, alternó entre buenos y malos momentos, pero en él había algo que lo hacía diferente, su actitud frente a la vida. El sabía que no podía elegir el tiempo adecuado para que un problema se le presentara, pero lo que sí podía elegir era la actitud que iba a adoptar frente a ellos.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Deuteronomio 30:19

Quizás las circunstancias que te rodean no son de las mejores, pero siempre puedes elegir con que actitud las vas a enfrentar.

Puedes tomar la actitud de sentirte derrotado o impotente ante el problema o por el contrario puedes elegir creer en las promesas de Dios para tu vida,  tomando una actitud positiva que te permitirá vencer las dificultades.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:29

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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