Un día, un hombre estaba trasladando su biblioteca a un cuarto del primer piso de su casa. Mientras subía la escalera con una carga de libros, su hijo entró y expresó su deseo de ayudar a papá, solicitud que le fue concedida, pero cuando el hombre se dio cuenta, vio que el niño había podido subir unos escalones y que llevaba en sus brazos el libro más voluminoso de la biblioteca, pero no podía subir más. El libro era demasiado grande para su pequeño niño y el chico se sentó a llorar.

El padre se inclinó, lo levantó en sus brazos, libro y todo, y lo llevó arriba.

Lo mismo sucede con nosotros cuando nos vemos abrumados por los problemas y las circunstancias adversas, cuando no podemos continuar ni subir un solo escalón más, Dios viene a levantarnos como estamos.

“Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan” Salmos 55:22 (NTV)

Cuando sientas que el peso que llevas es  grande para ti y ya no puedes más, busca a Dios, Él siempre está presto a ayudarnos y levantarnos para que podamos seguir. No hay problema ni circunstancia que nuestro Padre no pueda solucionar, no existe mejor lugar para descansar que sus brazos amorosos ni nadie más que pueda darnos la paz que necesitamos.

“Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso”. Mateo 11:28 (NTV)

Suelta tus cargas, no te dejes agobiar por el peso que llevas y acude a Dios, porque Él te dará el descanso que necesitas.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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