Un pobre anciano necesitaba unas gafas y no podía comprarlas. Entonces se dedicó a pedirlas a Dios en oración.

Cierto día, yendo por la calle, al final del día, chocó contra un caballero quien le dijo:

  – Pero… ¿Es que no ve por dónde anda?

  – Apenas, señor… y perdónenme. Es que necesito unas gafas, pero no puedo comprarlas – contestó el anciano como hablando consigo mismo.

El caballero, tomándole por el brazo, le contestó:

  – ¿De verdad? Pues ahora mismo acabo de oír la voz de Dios ordenándome que vayamos los dos a comprar unas.

Dios nunca dejará de responder nuestras oraciones, quizás no lo haga de la forma que esperamos y su respuesta venga de personas que ni conocemos, pero sin duda alguna va a responder, igual que lo hizo con el profeta Elías, quien fue alimentado por cuervos en el arroyo de Querit.

No te preocupes tanto por la forma en la que Dios responderá, no te desgastes en eso y confía en que lo Él hará.

“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús”. Filipenses 4:6-7 (NTV)

No importa cuán grande sea tu necesidad ni lo difícil que sea tu problema, Dios no conoce de imposibles, puede darte aquello que necesitas y mucho más.

Debes cuidar de tener tu corazón dispuesto a  escuchar la voz de Dios, pero no sólo para recibir algo de Él, sino de  para que también puedas ser un instrumento en sus manos y responder a las oraciones de los demás, Dios podría usarte para bendecir a otros.

No permitas que los problemas te cieguen o te roben la paz, Dios tiene una respuesta perfecta para suplir tu necesidad y llegará de la forma y en el momento que menos lo esperes, pero nunca tarde.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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