Para muchos es importante lo que otros dicen de su persona y por ello siempre procuran mostrar una buena imagen de sí mismos ante las personas, pero la opinión que los demás tienen de ti no es determinante para tu vida.

Lo que Dios dice de sus hijos, es lo que realmente importa; por ejemplo, Él declaró lo siguiente de sus siervos:

David: “He encontrado en David, hijo de Isaí, a un hombre conforme a mi propio corazón”  Hechos 13:22 (NTV)

Moisés: “De toda mi casa, él es en quien confío” Números 12:7 (NTV)

Natanael: “Aquí viene un verdadero hijo de Israel, un hombre totalmente íntegro” Juan 1:47

Job: “Es el mejor hombre en toda la tierra; es un hombre intachable y de absoluta integridad. Tiene temor de Dios y se mantiene apartado del mal” Job 1:8 (NTV)

Si le preguntaran a Dios sobre ti ¿Qué diría?

Hoy muchos se desviven por mostrar sus atributos, experiencia, inteligencia y habilidad ante los demás, ya sea para lograr un puesto en el liderazgo, en el trabajo o en el hogar y eso no es completamente malo, pero antes de preocuparse por el qué dirán los demás debemos procurar ser  aprobados delante de Dios.

La opinión que Dios tiene de ti es la que más vale porque Él no mira lo externo sino lo que verdaderamente hay en el corazón, a diferencia de los seres humanos que reconocen por lo que ven, Él mira lo que no es visible.

Tal vez piensas que Dios no tiene un buen concepto de ti por lo que pasó o porque no estás dando pasos correctos y no deseas que diga algo de ti, quizás no tienes nada bueno que pueda hablarse y eso te causa tristeza y vergüenza, pero recuerda que puedes cambiar esa situación y al igual que estos grandes hombres puedes tener una vida ejemplar.

Jamás es tarde para tener un nuevo comienzo, deja y entrega en las manos de Dios todo aquello que no será un buen testimonio y procura llevar una vida íntegra y pura delante de Dios y de los demás “(…) Sé un ejemplo para todos los creyentes en lo que dices, en la forma en que vives, en tu amor, tu fe y tu pureza” 1 Timoteo 4:12 (NTV).

El mundo tratará de convertirte en uno más, pero Dios quiere que seas único, real y sincero, que no tengas nada que pueda ser motivo para señalarte.

¿Qué quieres que Dios diga de ti?

Trabaja y esfuérzate para ser merecedor de los elogios de Dios.

Por Judith Quisbert.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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