He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Isaías 59:1-2

Lamentablemente no se presta mucha atención al tema del pecado, ni a las terribles consecuencias que éste implica. La Biblia dice que el pecado ha provocado una división inmensa entre nosotros y Dios, a tal extremo que impide que nuestros clamores sean escuchados por Él.

Es importante comprender que Dios no sólo tiene aversión ni simplemente está irritado por el pecado, ¡Dios odia el pecado! El odio es una palabra muy fuerte y es la palabra correcta para describir la reacción de Dios hacia el pecado. Un hombre de Dios decía: “si las personas vieran realmente el pecado como Dios lo ve, tomarían en serio su palabra y lucharían por no pecar”. El pecado es “hacer lo que queremos hacer en vez de lo que Dios quiere.”

En otras palabras, el pecado es cuando actuamos como si fuéramos nuestro propio dios en lugar de dejar a Dios ser Dios.
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23

La Biblia es muy clara en mencionar que todos pecamos. ¡No hay excepciones! Cada ser humano peca y no está a la altura de la gloria de Dios. Tu y yo estamos destituidos, expulsados, privados de su gloria ¿Entonces cómo podemos pensar en el cielo?

Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23

El precio por el pecado es la muerte, por lo cual tenemos la necesidad de un Salvador. El regalo de Dios es la vida eterna por medio de Jesucristo, quien nos salvó, pagando el precio por nuestros pecados en una cruz. ¿Si tú mueres hoy a dónde irías?

Te animo a ponerte de rodillas delante del Señor y pedirle perdón, en el nombre de Jesús, por las manchas que tienes en tu corazón y toma la decisión de luchar contra el pecado. Esto se llama santidad, no consiste en ser perfectos sino en “una lucha constante para no pecar y ser diferente”.

Recuerda que todos hemos pecado, pero sólo reciben el regalo del perdón los que se arrepienten. ¡Deja que Dios sea Dios!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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