Cuentan que mientras se construía la Catedral de San Pablo, un turista  que visitaba  el lugar le preguntó a un obrero qué estaba haciendo. Sin levantar la vista  respondió:

     – Estoy cortando piedras.

Otro al que le hizo la misma pregunta respondió:

     – Estoy ganando veinte chelines por semana.

Un tercero. Levantando la vista, dijo:

     – Estoy construyendo una catedral.

Lo mismo sucede con todo lo que hacemos, puedes tener en tus manos una de las tareas más importantes que se te hayan encomendado, podrías estar dejando un legado para la humanidad y tu consideras que “sólo” estás cortando piedras o ganado el sustento.

Tu actitud ante las cosas que estés realizando es lo que hará la diferencia. ¿Cómo ves tu trabajo, tu familia, tus amistades, tu servicio a Dios?

Mucha gente se casa porque ya es hora, por no estar solos, porque sus amigos ya lo hicieron o por muchos más motivos equivocados y después sus matrimonios no duran porque no estaban teniendo en cuenta la magnífica tarea que estaban emprendiendo.

Otros sirven en la iglesia para sentirse parte de un grupo, por el qué dirán los demás, por pasar el rato, pero no ven realmente la importancia de la labor que se les ha encomendado.

Todo, absolutamente todo lo que hagas, no lo veas como una actividad más, piensa qué es lo que estás haciendo y el alcance que tus acciones tendrán.  No sólo estás criando a tus hijos, estás formando valores para un  futuro de bien en tus seres queridos que guiarán familias y hasta países, Dios te los prestó con un propósito y tienes una enorme responsabilidad en tus manos. No simplemente estás visitando enfermos, estás abriéndoles una puerta de salvación y estás llevando esperanza. No se trata sólo de limpiar las sillas de la iglesia, estás cuidando la casa de Dios y no sabes quién podría ser la siguiente persona que entre en ella.

Por muy humildes que sean las labores que se te han encomendado, si Dios es quien guía tu vida y le encomiendas a Él tus caminos, nada de lo que hagas será inútil, sino que verás los frutos y entenderás que tu papel era fundamental en la construcción de la obra que se te ha confiado.

“Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente” Colosenses 3:23

Mira más allá de lo evidente, quizás sea difícil visualizar la catedral que estás construyendo, pero sin duda alguna no sólo estás cortando piedras, Dios te ha confiado una parte muy importante de su obra y te ha hecho parte de sus planes.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario