Me topé con una historia muy linda: Sheyla, una niña a la que no había nada que le gustara más que pasear en bicicleta, un día no vio el borde de la acera y se cayó, lo que le ocasionó un corte en el codo y una rozadura en la rodilla.

Su hermano Mike la ayudó a levantarse y utilizó su camiseta para detener la sangre de la herida del codo. – “¡Vaya…! – dijo- ¡Parece que te va a quedar una bonita cicatriz!”

Sin duda, las cicatrices forman parte de la vida pues casi nadie se salva de tener una herida producida por diferentes circunstancias. Son un recuerdo de lo que ha pasado y generalmente no son muy atractivas.

Verlas puede traer a la mente buenos o malos recuerdos e inclusive, pueden tener un significado especial. Hace siglos los guerreros solían mostrar con orgullo sus marcas como símbolo de valentía por haber sobrevivido a la guerra y eran motivo para relatar sus aventuras.

Por muy pequeña que sea una cicatriz tiene una historia que contar; como la que tuvo la pequeña Sheyla, quien seguro que hubiese querido retroceder el tiempo para no caerse y provocarse esas heridas; lo mismo que todos los que tenemos cicatrices también deseamos.

Sin embargo, hay alguien a quien no le importó pensar en ese detalle, Jesús: “No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto, nada que nos atrajera hacia él. Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo.Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó.” Isaías 53: 2b-3 TLA Las marcas en su cuerpo fueron importantísimas para cumplir su propósito: Salvarnos de la muerte eterna.

Sólo piensa que Jesús llevó todo el castigo que nosotros merecíamos para darnos un gran regalo. Recuerda que así como tú tienes una cicatriz que tiene un significado, Jesús también las tuvo y que ese sacrificio lo hizo por ti, porque te ama. Así que pon tu atención en Él y busca conocerlo más.

“Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios.” Hebreos 12:2 TLA

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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