Ví el video de 21 cristianos egipcios que fueron decapitados en Libia, ellos no negaron su fe, se mantuvieron firmes en su convicción de reconocer a Jesús como el único Señor y Salvador de sus vidas.

Ese mismo día escuché la historia de una pareja que lleva 60 años de casados. La esposa tiene alzheimer y por esa razón está internada recibiendo la atención que requiere. Desde que ella se encuentra en este centro, su esposo no ha dejado de cuidarla como se lo prometió en el altar. Va todos los días a visitarla, comparten juntos el desayuno, el almuerzo y la cena; él está atento a sus mínimos requerimientos y necesidades, a pesar de que ella no lo reconoce la mayor parte del tiempo.

Estos ejemplos de vida me conmovieron mucho pero a la vez me hicieron meditar en el verdadero significado de amar y ser fiel hasta la muerte; porque estas personas no se limitaron simplemente a hablar y convencer con palabras sino que dieron testimonio con su propia vida y demostraron con hechos a quien amaban y en quién creían.

Cuando una pareja se casa, se promete amor eterno y estar juntos en los buenos y malos momentos, en la adversidad, en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Cuando enfrentan tiempos difíciles y las cosas no van como ellos esperaban, no abandonan al ser amado sino que cumplen la promesa que se hicieron un día y permanecen fielmente juntos.

¿Nosotros como hijos de Dios no deberíamos amar a nuestro Señor también en todo tiempo? No sólo deberíamos ser agradecidos con Él y darle la gloria y la honra cuando estamos bien sino también cuando nuestra fe es probada por circunstancias que la mayoría de las veces no llegamos a entender pero que son necesarias para que demostremos si de verdad lo amamos y confiamos en Él, y que a pesar de que su respuesta sea totalmente contraria a la que anhelamos, de igual manera permaneceremos a su lado.

Pues a ustedes se les dio no solo el privilegio de confiar en Cristo sino también el privilegio de sufrir por él. Filipenses 1:29 (NTV)

Dejemos de ser personas que sólo se acercan a Dios cuando tienen problemas o necesitan algo, acudamos a Él cuando también nos sentimos felices por todo lo que nos permite tener. Cada día démosle gracias por su incomparable e infinito amor; por haber dado la vida de su único hijo, Jesús, para que nuestros pecados fueran perdonados y obtuviéramos la salvación a través del sacrificio que hizo en la cruz. Reconozcamos que si no fuera por su bondad, paciencia y misericordia hoy no tendríamos el privilegio de ser sus hijos y estar vivos.

Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Santiago 1:12 (NTV)

Demos la gloria y la honra a Dios por quien es Él no sólo por lo que recibimos de Él.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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