¿La conoces? ¿Has escuchado su nombre? ¿Vives y disfrutas su presencia? Ella es una de las personalidades más famosa en el planeta tierra. Es elogiada y odiada por millones de mujeres y hombres en el mundo. Algunos la desean, y otros desearían ni verla cerca. Para muchos es una dicha tenerla, y para otros una desdicha vivir a su lado.
En ciertas personas produce felicidad, y en otros amargura. Quién disfruta con ella se expone a la crítica, al juicio y al rechazo. Mientras, muchos reniegan y se resisten a reconocer su existencia. Ella está disponible para todos y todas, pero muy pocos entienden la razón por la cual se necesita en la vida. Un selectivo y exclusivo grupo de seres humanos se deleitan de su compañia, y juntos viven sin límites ni restricciones.
Por otro lado, un amplio y extenso círculo de individuos miran con resignación, penuria y tristeza. Para ellos, el solo pensar que tienen que luchar, hacer ajustes para aceptarla, le produce desesperación, ansiedad y descontrol de sus emociones.
Nuestra protagonista de hoy lleva por nombre LIBERTAD. Tal vez has escuchado de ella porque hasta la muerte ha sido el precio pagado para que la tengamos disponible en todo momento. Millones de seres humanos la han desprecido o le ha sido restringida; otros la subestiman o la rechazan y a muchos le da igual tenerla disponible. Entender más cómo podemos conocerla mejor y sacarle provecho a sus beneficios requiere empeño, dedicación y perseverancia. La libertad en su contexto histórico fue causa de luchas, batallas y guerras por década y siglos. Lamentablemente miles han muerto para que otros fueran libres de la exclavitud social, sexual y espiritual.
Desde la perspectiva divina, la libertad fue otorgada por Jesucristo para ser disfrutada por niños o adultos; casados o solteros; ricos o pobres; intelectuales o analfabetos; sanos o enfermos. Recuerdas el dicho popular ¿Hay más personas “presas” en la sociedad que en las prisiones? Es una dolorosa realidad pero aún permanece vigente la declaración apostólica registrada en Gálatas 5:1 Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley (NTV). Finalmente deseo recordarte que disfrutes tu libertad porque así lo afirmó nuestro Señor Jesucrito. Con divina autoridad dijo y cito: …y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres (Juan 8:32 TLA). CVCLAVOZ
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¡Lo mejor de la vida para ti y los tuyos!