Cuando nos enfocamos en la reconciliación, el problema pierde importancia hasta llegar a convertirse en algo irrelevante.
¡No esperes a perder lo que Dios te ha dado para entonces darte cuenta en el valor que este posee!
Por más duras que puedan ser las batallas que te tocan enfrentar, comienza a creer que no estás solo.
Todos tenemos experiencias dolorosas que nos cuestan sobrellevar, si se trata de perdonar a alguien ¿Estarías dispuesto a hacerlo?
Cierra las puertas del temor y comienza a creer en el poder de Dios.
¿Estás dispuesto a hacer lo correcto a pesar de la presión social?
Si Jesús siendo Rey estuvo dispuesto morir por ti, ¿Qué estás dispuesto a hacer tú por Él?
Nada es más valioso que invertir tu tiempo con tus seres más cercanos.