Te ha pasado que tienes días en los que quieres hacer algo como ayudar a una persona que se le cayó algo y no te mueves porque ¿sientes que no tiene importancia?
Cuando hablo del efecto dominó me refiero al efecto que produce un conjunto correlativo de sucesos en los que las consecuencias de una acción previa causan a partir de esa acción.
A diario debemos hacer buenas obras, y pensar que aunque sea tan pequeña como dar una sonrisa, el efecto dominó que produce es el mismo que causa una gota de agua al caer en un inmenso lago. Es tan solo una gotita en esa inmensidad, pero causa ondas de movimiento que pueden abarcar una distancia increíble.
Hay personas que pueden sentirse tan solas y tan tristes, que solo necesitan una sonrisa o una leve caricia, como un apretón de manos, una abrazo para hacer su día. Y luego esa persona, ya estará en disposición de tener una actitud diferente frente a otra con la que se pueda encontrar.
No dejes de regalar una sonrisa, no dejes de decirle a alguien que Dios los ama, no dejes de ayudar a alguien a quien ves en apuros. Si sientes en tu corazón hacerlo, ponte en acción. Es el Espíritu Santo que te guía de esa manera. Ponte a su orden y ayuda a cambiar el día de cada persona con la que te cruces hoy y cada día.
Este artículo fue producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.