Los tiempos cambiaron y con ellos nuestras prioridades, hoy irte de tu casa no significa necesariamente que sea para que vayas a formar una nueva familia, también (y en gran parte de los casos) se debe a una decisión de madurez, de independencia o simplemente por trabajo/estudio. Sea cualquiera de estos últimos casos, los cambios que se generan son fuertes y necesarios para cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas.
Hay etapas en las que necesitamos estar solos para escuchar lo que Dios quiere decirnos, a veces, tomarse un tiempo para dedicárselo a buscar su dirección es importante, pero ningún extremo es bueno. Hace unos días un amigo me dijo: “Cuando Jesús dijo que donde hubiera dos o tres reunidos en su nombre ahí El estaría, no se refería sólo al ámbito eclesiástico” y que razón tenía con todo eso.
En una época donde las relaciones online están a la orden del día, tenemos que detenernos a pensar cuantos de nuestros “amigos” son de los que podemos mirar a los ojos, si la cuenta apunta en alta al círculo virtual quizá sea hora de replantarnos algunas cosas.
Puede que como a mí, durante estos días, “te caiga la ficha” acerca de cómo lentamente y casi sin darnos cuenta vamos de disfrutar la soledad a un aislamiento progresivo que nos hace creer que nuestra forma de ver la vida es siempre la correcta. Si te sientes de alguna forma identificado con esto, te invito a que recalcules tu – GPS – estás a tiempo de hacer que tu camino sea mucho más ligero.
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