Salmos 37:31 dice que en el corazón del justo ≪habita la ley de su Dios; por eso sus pies nunca resbalan≫, y para que esto suceda debemos meditar en la Palabra de Dios en todo momento de día. No hay un versículo en donde se especifique la hora exacta en la cual debemos tener un tiempo especial con Dios. Lo que sí dice es que debemos meditar en su Palabra constantemente (Josué 1:8). Debido a las obligaciones y ocupaciones que cada persona tiene, la elección de la hora preferida para leer la Biblia es personal. Sin embargo, lo ideal es que lo hagamos la mayor cantidad de veces posibles. Esto es porque a cada minuto nos vemos tentados a hacer lo malo y necesitamos recordar los principios bíblicos para aplicarlos en nuestras acciones.
Algo que podemos hacer es incorporar la lectura de la Palabra de Dios en nuestra rutina. Por ejemplo: Podemos poner versículos bíblicos en paredes o lugares que siempre frecuentamos, y escuchar la Biblia en audio. Algo adicional que se puede hacer es separar un tiempo para leer la Biblia en la mañana, tarde y noche.
«Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.» Salmos 5:3 (NTV)
No sabemos qué nos deparará el día. Por este motivo debemos estudiar la Biblia para recordar que debemos confiar en Dios en todo momento. Cada mañana debemos pedir sabiduría para cuidar nuestros pensamientos y acciones. Las enseñanzas de la Palabra de Dios que leamos al comenzar el día nos ayudarán a mantenernos enfocados en el bien y a actuar como Dios quiere que lo hagamos.
«En la tarde, en la mañana, al mediodía, clamaré a Dios, y él oirá mi voz.» Salmos 55:17 (RVC)
Puede ser difícil encontrar un tiempo libre a la mitad del día, pero hay libros, capítulos y versículos cortos de la Biblia que pueden leerse en minutos. En las tardes podemos aprovechar en repasar algún texto bíblico en particular que queramos memorizar, y de esa manera tener presente la Palabra de Dios.
«Bienaventurado el hombre […] que […] se deleita en la ley del Señor, y día y noche medita en ella.» Salmos 1:1-2 (RVC)
Estudios han demostrado que leer antes de dormir tiene un efecto relajante. No solo disminuye el estrés, sino que también mejora el aprendizaje. Leer la Biblia en la noche tiene todos esos beneficios y más: nos insta a crecer espiritualmente, hace que examinemos nuestros corazones, nos corrige, exhorta, reconforta, alienta, instruye y nos ayuda a conocer más de Jesús.
En conclusión, lo importante no es a qué hora leemos la Biblia o tenemos un tiempo de comunión con Dios, sino la intención de nuestros corazones y cómo nuestros hechos reflejan las enseñanzas de Jesús.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
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