“El vino hace insolente al hombre; las bebidas fuertes lo alborotan; bajo sus efectos nadie actúa sabiamente.” Proverbios 20:1 (DHH)

La adicción al alcohol no solo destruye a la persona que lo consume sino a todos los que están a su alrededor. Es una cadena que ata al ser humano y sus consecuencias pueden ser nefastas si no se actúa a tiempo. Pero debemos recordar que Dios puede hacer libre al prisionero y romper toda cadena de opresión. “(…) donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” 2 Corintios 3:17 (DHH)

Por Judith Quisbert

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario