“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.”
Hebreos 12:28 (RVR1960)
Muchas veces se confunde el temor a Dios con miedo; entonces podemos decir, que se trata de un respeto reverencial y no así una sensación de angustia que provoca un peligro sea este real o imaginario.
El temor a Dios surge de un corazón agradecido por Su bondad y bendiciones; como ejemplo, podemos compararlo a cuando conocemos a una persona que admiramos, tratamos de saber los mas que podamos de ella, y si es una buena persona, conocerla nos llevará también a respetarla.
De la misma manera sucede con el Señor, cuanto más lo conozcamos, más queremos agradarle, además que reconoceremos Su grandeza y majestad.
Por Cecia Serna
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.