“Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús” Hechos 8:35 (RVR 1960).

Compartir el amor de Dios con otras personas debería ser algo natural en un hijo de Dios; ya que experimentar la libertad de la esclavitud del pecado produce en uno mismo paz, gozo y una inmensa gratitud. Dios no dejará de usar tu vida si te rindes sinceramente a los pies de Cristo; no pierdas más oportunidades, te animo a tener un corazón dispuesto para predicar el evangelio y verás cómo Dios irá preparando a la persona o personas a quienes compartirás las Buenas Nuevas.

Por Neyda Cruz

 

El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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