“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” Romanos 8:5-6 (RVR1960).


La Biblia nos habla de una constante lucha entre el espíritu y la carne. Ambos pelean por prevalecer por lo tanto desean ser alimentados. En nuestro diario vivir tenemos la capacidad de elegir quien va a ser más importante para nosotros y así asignarle una alta prioridad en nuestra vida. Piensa un momento, ¿Cómo vives tus días? ¿Cuánto tiempo asignas a alimentar el espíritu y cuánto a la carne?


Ten presente que alimentar la carne, es llenar nuestro día de televisión, redes sociales, conversaciones y distracciones en general que se llevan ese tiempo que solíamos invertir en buscar de Dios. Por el contrario, alimentar el espíritu es orar, leer la Biblia, asistir a la iglesia y servir al Señor. ¿Qué lugar tienen cada una de estas actividades en tu vida? ¿Son una prioridad o algo que postergas indefinidamente por falta de tiempo?

Por Giovana Aleman

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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