“Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado; olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor, eres bueno.” Salmos 25:6-7 (NVI)

Quizás eres muy joven y la noticia del embarazo te ha tomado por sorpresa. Es posible que aún no te sientas preparada para ser madre y entonces piensas en una salida rápida que te saque del problema. Cualquiera sea el caso, déjame decirte que el aborto no es una verdadera salida, porque las consecuencias de esta mala decisión, afectarían tu vida no sólo en lo físico, sino también en lo emocional y espiritual.

Si aún estas a tiempo, ¡detente! No le quites a tu hijo la oportunidad de vivir, ¿te has puesto a pensar en lo mucho que algunas mujeres anhelan convertirse en madres y cómo otras teniendo la oportunidad, lo rechazan? Si bien es verdad que nuestras malas decisiones tienen consecuencias, las cuales pueden ser difíciles de enfrentar. Jesús dijo que no nos dejaría solos en medio de las pruebas.

No importa cuán culpable o enojada te sientas, la misericordia de Dios está para perdonarte. Si necesitas ayuda acude por ella a profesionales en el área, pero ante todo se valiente, no aceptes lo que puede ser una salida rápida que traerá dolorosas consecuencias. Recuerda que lo que llevas en tu vientre, es tu hijo, por lo tanto, elige darle vida.

Por Ruth Mamani

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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