“Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.” Efesios 5:6-12 (RVR1960).

Este día en algunos países se lleva a cabo Halloween, ocasión en que las personas utilizan disfraces y los niños recorren las calles solicitando dulces; visto de manera superficial, parece inofensivo e incluso divertido.

Sin embargo, como hijos de Dios debemos informarnos sobre el origen, la razón o propósito que tienen las actividades de las que queremos participar.

Esta festividad en particular, se originó como un culto pagano, en la creencia de que existe un intercambio entre el mundo de los vivos con el de los muertos, aunque sabemos que esto es imposible según lo que la Biblia nos enseña.

Es importante recordar que el Señor nos dice que no participemos en las obras de las tinieblas, sino que andemos como hijos de luz.

Lamentablemente, en estos tiempos, se tiene una mirada superficial sobre algunas cosas que tienen gran importancia en el mundo espiritual. Halloween no es algo divertido para que los niños recojan dulces, por el contrario, hay toda una actividad espiritual que se desenvuelve detrás de escena, que es directamente contraria al Señor. Entonces, como hijos de Dios ¿Vamos a participar de las obras de las tinieblas o vamos a permitir que nuestros hijos lo hagan?

Recuerda que es más importante agradar a Dios antes que al hombre.

Por Cesia Serna

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

 

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