“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” Juan 10:27 (RVR 1960).

Hay personas a las cuales admiramos por su elocuencia y carisma. Suenan tan convincentes en lo que comunican que a menudo nos identificamos con ellos, ya sea en lo que piensan o en lo que hacen. Ante esto debemos tener cuidado de que la identificación no nos lleve a ser seguidores de hombres en lugar de Dios. Hay muchos hombres y mujeres que son verdaderos siervos de Dios, pero no debemos olvidar que solo son hombres que Dios puso en nuestro camino para ayudarnos en nuestro crecimiento espiritual. Recordamos siempre que debemos ser obedientes seguidores de Jesús y no de los hombres.

Por Neyda Cruz

 

El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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