Hoy en día las apariencias cuentan mucho a la hora de ingresar a un determinado lugar, pues la sociedad ha desarrollado unos estereotipos de personas y vestimentas para poder tener acceso a diferentes lugares.
Este chico hizo un experimento social que consistía en vestirse como indigente y pretender ingresar a un restaurant. Su intento fracasó en varios lugares ya que los managers a cargo no se lo permitían por su aspecto; así que decidió vestirse normal y llegar en su Ferrari, lo que sucedió al final fue completamente sorprendente.