En la charla semanal que tengo con Angel Galeano en Mas Vale Tarde (CVCLAVOZ) deslicé la idea de escribir acerca de arte comprometido. Tuve la peregrina idea, supongo, de elaborar algunos pensamientos acerca del compromiso que los cristianos artistas deberían asumir en el quehacer social más allá de los muros del templo.
Esta mañana me propuse escribirlo. Al cabo de un rato arribé a la conclusión que tal reflexión es, por ahora y sospecho que por un buen tiempo más, imposible. Pasaré a explicarme brevemente.
Primero, digamos que el concepto de arte comprometido continúa en insoluta discusión. ¿Es el arte simple evasión, indulgencia individualista, un gusto de elite? ¿O es un agente que da la cara al pueblo y se compromete en su lucha? No puedo resolver eso aún ni para mi propio entendimiento en este momento.
El segundo lugar no hay un movimiento artístico ni contingente contundente de cristianos que trabajen en la poesía, la novela, el ensayo, la pintura, la escultura, el drama, la música no alabanza, la historia o la filosofía del arte. Así que, en la práctica, no hay de quién hablar si quisiéramos hablar de cristianos en el arte.
Nota intermedia No. 1: Intencionalmente evito decir artistas cristianos o arte cristiano porque yo no creo que tales cosas existan.
En tercer término la única gente que más o menos uno podría situar en el ámbito del arte en las iglesias evangélicas son los cantantes o cantautores. Sin embargo, sus creaciones son mayormente – por cierto, con notables excepciones que confirman la generalidad – canciones livianas, pegadizas y tarareables, con letras que remiten más a las experiencias y sentimientos del cantante/autor en relación con Dios y menos a la persona y la belleza de Dios mismo.
Nota intermedia No. 2: Tampoco uso los términos “salmistas” o “adoradores” por la sencilla razón de que los Salmos de la Biblia y la adoración no tienen nada que ver con la fama de los escenarios, la producción de temas comerciales o rankings semanales.
Finalmente, no hay ningún grupo de cristianos artistas que estén realmente interesados en involucrarse en la sociedad para influir en ella como tales. De modo que, a mi modo de ver y con notable tristeza tengo que concluir que por ahora no hay quórum de gente, ideas y acciones para disertar sobre el compromiso social de los cristianos artistas.
Perdón por la tristeza…
(Este artículo ha sido escrito especialmente para la radio cristiana CVCLAVOZ)

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