En Energía Total hablamos sobre las evidencias de la resurrección de Jesús. Consideramos este tema de gran relevancia porque la sociedad actual esta relegando los valores y la fe cristiana a un segundo plano en favor de la ciencia. Sin embargo los eruditos de la ciencia no han podido desmentir la resurrección de Jesús en su totalidad. Crucial principio de la fe. Científicamente  ninguna teoría pretendiendo desmentir la resurrección ha sido comprobada al cien por ciento todas quedan en conjeturas.

Y nos planteamos la pregunta ¿qué tan importante es la resurrección de Jesús? Según Josh and Sean McDowell en su libro “Evidencia de la resurrección” la muerte expiatoria de Cristo, “era absolutamente necesaria para lidiar con el problema del pecado y remover nuestra culpa, pero se requería un paso más para revivirnos y permitir que experimentásemos la totalidad del amor de Dios. Ese paso era la resurrección de Cristo de entre los muertos”.  Es por eso que es de vital importancia que recordemos y mantengamos clara la visión del poder de la resurrección de Cristo.

Entre las evidencias de su resurrección esta, la confiabilidad documentaria. Existen dos formas en las cuales los documentos antiguos son corroborados, la primera es la cercanía cronológica con respecto a los eventos que narran y la cantidad de copias de los documentos originales que existen entre otras pruebas.

Según el Doctor John A.T. Robinson citado en el libro “Evidencia de la resurrección”, los Evangelios fueron todos compuestos por testigos oculares y contemporáneos de los eventos. Los mismos datan de las fechas correctas y aceptadas por los eruditos que se ocupan de verificar la veracidad de los escritos.

Robinson concluyo “que el Nuevo Testamento, incluyendo Juan tuvieron que haber sido escritos antes del año 64 d.C.,…. Mateo entre los años 40 y 64 d.C, Marcos entre los años 45 y 60 d.C., y Lucas antes de los años 57 y 64 d.C. Si esto es cierto los Evangelios pudieron haber sido escritos tan recientemente como siete años después de la muerte de Cristo”.  En resumen los Evangelios cumplen con dos de las exigencias de autenticidad marcadas científicamente.

Aparte de la confiabilidad documentaria, existen los relatos de testigos oculares, la confirmación arqueológica, y el sepulcro vacio entre otras evidencias de la resurrección de Cristo.

Al final del día, solo queda hacernos  la pregunta ¿es Jesús el hijo de Dios, que murió y resucito por nuestros pecados?

Jesús quien murió y resucito es el  mismo que hoy está sentado a la diestra del Padre y ha hecho lugar para nosotros junto a él. Al conocerlo de una forma personal tenemos más que suficiente evidencia para convencer a otros de cuan real es Jesús, después de todo no hay nada más convincente que un testigo.

 

 

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