Preludio:

Quién me diera en el desierto un albergue de caminantes, para dejar a mi pueblo…

Uno

Hace unos meses vi un video hecho profesionalmente en el que media docena de rehenes eran degollados en una puesta en escena en la que se cumple dramáticamente el aserto de que la realidad supera a la fantasía. Estaba tan bien hecho que por eso no reventó las redes sociales; la mayoría de la gente pensó que era la escena de una película. Pero no lo era. Frente a nosotros seis u ocho personas fueron horriblemente asesinadas y nadie dijo nada. Por esos mismos días las redes sociales estallaron a causa del último tatuaje que se hizo la hija de un conocido conductor de televisión o del espectacular escándalo de cierta princesa farandulera en la cabina de un avión.

Coro:

Un policía se queda atrapado en la reja del frente de una casa cuando salía de robarla. Un bestia asesinó hace diez años a su mujer que lo visitaba en la cárcel; ayer asesinó a su segunda mujer dentro de la cárcel (de nuevo).

Dos

Un chico de 15 años asesina en la calle a otro menor de su misma edad y de su mismo nombre; los medios discuten sobre la inconveniencia de bajar la edad de la imputabilidad criminal a 14 años porque están seriamente preocupados por los derechos del menor… asesino. Además nos hacen saber que es harto probable que nosotros seamos culpables de que el chico haya matado porque no le dimos oportunidades – mismas que no les dimos a millares de menores que salen diariamente a romperse el lomo trabajando y que regresan a sus casas cada tarde sin haber robado o asesinado.

Tres

Pero mira cómo son las cosas. Siempre en estas miradas hay cosas que no vemos. Entonces uno piensa qué sentido tiene discutir por lo uno o por lo otro, si está bien o esta mal, si fue el Estado o fue la gente, si todos roban por qué yo no, además robé pero no tanto como los otros, que no sé dónde rayos terminan tus derechos para entender de una buena vez dónde rayos comienzan los míos para que podamos convivir más o menos decentemente, etcétera, etcétera, etcétera…

Postludio (Pieza que se toca al terminar los oficios divinos, mientras los fieles salen del templo)

Con razón el profeta tenía ganas de largarse a buena parte y dejar de ver tanta porquería. Tanto mal que se ve y tan poco bien que anda circulando por ahí; debe estar ocupado en cosas más espirituales…

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