Nos congregamos cada domingo para celebrar sin vergüenza alguna, que somos posesión y propiedad de Dios.  Por causa de Cristo declaramos ser su Iglesia, su novia, su cuerpo donde Él es nuestra cabeza.  En la tierra somos su voz y embajadores de su voluntad, para la proclamación del evangelio que cambia para siempre el destino de toda persona que lo acepta  como Salvador.

Fuimos separados por designación divina,  adiestrados, capacitados, ungidos y renovados para ejercer con autoridad el poder contra principados, poderes, autoridades, potestades, gobernadores, huestes y fuerzas malignas, que dominan el mundo donde tú y yo vivimos.  Así lo declara el apóstol Pablo en Efesios 6: 12 (NVI): “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales”. 

También en 2da Corintios 5:17-20 (RV60), leemos “que toda persona que está unido a Cristo es nueva criatura, una nueva persona, una nueva creación; las cosa viejas han sido olvidadas por él. Se convirtieron en algo nuevo, ha sido hecho todo nuevo”. En otras palabras “ha llegado algo diferente a nuestra vida”.  Esta revelación escrita tiene un objetivo muy definido, efectivo y práctico; que seamos diferente sin creer que somos mejores que los demás.

En todo tiempo, las palabras del evangelista Pablo, fundamenta el mandamiento neo testamentario que consagra la obra redentora de Cristo según el Apóstol Mateo en su capítulo 6:33 (NVI): “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”.  Es una invitación divina en atender con diligencia y hacer lo que es justo para Dios.  Una llamada a la atención con poderosos efectos en nuestra mente, intelecto, emociones, y sentimientos.  El mensaje de Cristo es directo, sin titubeos, sin mucho rodeo.

Me atrevo a declarar que “el reino y la justicia de Dios debe ser lo primero en todo lo que hacemos, y todos los anhelos van a ser saciados por ser obedientes”. ¿Cuántos de nosotros hemos luchado seriamente para que este consejo divino se cumpla totalmente en nuestra vida? ¿Qué duro ha sido, verdad?

Hemos enfrascado una batalla campal para entender cómo funciona lo sobrenatural en un mundo natural lleno de leyes humanas enfocadas sólo en lo terrenal. Hay una pregunta que el corazón quiere contestar, ¿Como pongo mi atención en el reino y la justicia de Dios?  La respuesta la hallamos en el ejemplo, las enseñanzas y las palabras de nuestro Señor Jesucristo.  Él conocía de antemano que estábamos destinados para recibir la salvación eterna y que Satanás (aquel que se había revelado contra Dios desde la creación) nos haría la guerra para que olvidáramos nuestro destino y propósito en la tierra.

El anhelo de Dios es ejercer sobre nosotros su soberanía, su poder salvador y su ilimitado amor.  Así lo expresa el apóstol Juan en Juan 3:16 (NVI) “porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. 

Te invito a que seamos hermanos, aceptando a Cristo como Señor de tu vida.  Nos encontraremos cada día a las 22:00 U.T.C. en El Antivirus.   Puedes escuchar y ver todo lo que hacemos  aquí: http://cvclavoz.com/shows/el-antivirus/chat-antivirus/

¡Lo mejor de la vida para ti y los tuyos!

 

Deja un comentario