“Que qué chicos iban a ser los panelistas, Que cuántos y de dónde. Que cómo se eligieron. Que qué temas pensaban tocar. Que el tiempo era poco para describir las propuestas. Que si se transmitía en vivo, que qué medios iban a estar, que cuál era el orden de las exposiciones.”
(Edgardo Litvinoff, Los chicos, un remedio para el miedo de debatir, La Voz del Interior, 28 de septiembre de 2017)

Siete candidatos a los comicios legislativos de octubre en Argentina fueron convocados para responder preguntas de unos veinte estudiantes (de unos 16 años la mayoría) que votarán por primera vez en el país.
Debería sorprendernos el grado de aprensión de los candidatos, la mayoría de ellos bastante fogueados en lides electorales. No nos cierra esa preocupación teniendo en cuenta que ni siquiera debatirían, solamente responderían preguntas.
Lo extraño es que los adultos solemos decir que los chicos de hoy no leen, que no comprenden textos complejos, que al menos la mitad de ellos abandonará el secundario, que no saben articular consistentemente sus ideas ni por escrito ni verbalmente. ¿De dónde, entonces, la angustia?
¿Sería que el grupo de estudiantes, seleccionado previamente, tendría un nivel de conocimiento y comunicación superior al promedio, por lo cual sus preguntas no tendrían nada que ver con la superficialidad de la discusión política de bares, pasillos y sets de televisión?
¿Sería que tendrían que enfrentar a jóvenes que, hartos de políticos corruptos e incumplidores, ya no compran el discurso típico, no se dejan envolver por la demagogia de las frases hechas y no son manejables como la masa que es seducida por la cosa emocional?
¿O sería que esta nueva raza de políticos, desacostumbrada hace mucho al entendimiento y al debate de ideas de fondo y al oficio político serio, manejados por astutos agentes de marketing, asesores de imagen y consultores expertos en discursos, se sentiría amedrentada por jóvenes a los cuales no es posible chamullar como hacen con la inmensa mayoría?
Tal vez ninguna de las anteriores. Habría que preguntarle a los candidatos…

(Este artículo ha sido escrito especialmente para la radio cristiana CVCLAVOZ)

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