“El pensamiento lateral busca soluciones a los problemas de un modo que no sigue las pautas lógicas; se apoya en ideas que se salen de lo habitual, busca caminos alternativos de resolución que escapan de las ideas preconcebidas… Aprender a analizar los problemas desde una multitud de puntos de vista”, se lee en el sitio de Aprender a Pensar.

Leí en un muy buen libro un comentario del relato de Jesús sobre el rico y Lázaro, específicamente en Lucas 16:24: Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. La observación era ésta: ¡Aún en el tormento, el rico consideraba a Lázaro un sirviente para él! Es decir, no había cambiado nada. Lo habré leído cientos de veces, pero nunca vi este detalle. Observo la Biblia bastante desde hace muchos años pero es obvio que el pensamiento lateral aporta siempre cosas nuevas no importa cuánto pasa el tiempo.

Es muy triste comprobar que en la institución cristiana no se estimule este tipo de pensamiento. Una vez que alguien toma el curso básico de discipulado y luego – si es un aventajado estudiante – el curso de liderazgo o de consejería, abandona el cuestionamiento creativo respecto de la Biblia. Repite y replica lo que aprendió durante los días del “primer amor” y jamás recapitula.

No hay espacio aquí para reflexionar sobre las implicaciones de esta situación. La más dramática consecuencia es que el creyente asume que ya sabe todo lo que hay que saber para vivir la vida que lo llevará al cielo y ya no aprecia más nada del entorno. No leen, no escuchan, no ven, no toman conciencia y no piensan nada que no sea del mundo propio de la institución.

Así, menosprecian el mundo de la política, de la economía, de la cultura, de la crisis y de la responsabilidad social. Son monotemáticos en cuanto a sus intereses y por lo mismo resultan aburridos para el resto de la gente. Lo más asombroso es que casi todos se sienten orgullosos de la crítica hacia ellos porque – dicen – el creyente es perseguido y no es amado por el mundo. Si hay algo que NO es pensamiento lateral, es esto.

Un pequeño ejercicio lateral: Qué es lo que Dios efectivamente hizo cuando dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”?

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