Cuestiones que fuimos olvidando o que ya no nos importaron más porque así es la vida. O es que nos pasaron tantas cosas que las fuimos dejando en el camino. Puede ser que fuimos adquiriendo otros objetos y tiramos lo que nos pareció inútil. Materiales caídos en desuso, que descuidamos o perdimos, ya no sabemos cuándo ni cómo…

…………………………….

La apropiada perspectiva, los espacios permitidos, la buena crianza, los secretos a salvo, la lealtad observada, la espera distendida, el amor tal cual, los silencios, el amparo asegurado, la confianza honrada, la mirada comprendida, la diferencia reconocida, la pausa que alivia, el respeto sagrado.

El perdón imprescindible, la ardiente paciencia, la soledad necesaria, el beneficio de la duda, las palabras oportunas, la luz de la inocencia, la armonía de la conversación, el asombro, la belleza de pensar, la duda razonable.

La sencillez de la pregunta, el cansancio feliz, el corazón valiente, la paz, el sueño profundo, la serena reflexión, la vida examinada, el arte de escuchar, el valor de darse cuenta, el tesoro del tiempo, el oficio de ser.

Las lecciones de la historia, la conciencia social, la responsabilidad pública, el otro que está ahí, los requerimientos de la justicia, la libertad de la verdad, la acción solidaria, los deberes igual que los derechos, la política de los principios, la voz de los sin voz.

El sonido del viento entre los eucaliptus, la memoria sutil de la lavanda, el cielo azul, el agua limpia de los ríos, la importancia del atardecer, el solemne silencio de las estrellas, la luna inmaculada, los misterios de la neblina, el sobrio mensaje de las hojas muertas, el aire puro.

La voz eterna de los libros, los pasajes secretos de la música, la sugestión de la pintura, la palabra del poeta, la exploración de otros universos, los profetas laterales, la gramática, la ortografía, la sintaxis.

………………………….

Lo que se ha perdido, lo que se debería haber perdido, lo que se ha conseguido y ha satisfecho por error, lo que amamos y perdimos y, después de perderlo, vimos, amándolo por haberlo tenido, que no lo habíamos amado; lo que creíamos que pensábamos cuando sentíamos; lo que era un recuerdo y creíamos que era una emoción” (Fernando Pessoa, Libro del desasosiego).

 

Deja un comentario