No me voy a referir a lo que leo en Internet sobre esas moléculas muy reactivas, necesarias para realizar determinadas funciones y mantener el estado de salud.

Se me ocurrió escribir esto a raíz de una conversación con mi nieta vegetariana. Me cuenta que está en camino a convertirse definitivamente en vegana.

Ayer, tomándonos un saludable té chino de hierbas, quise averiguar algunas cosas que me intrigan de esta corriente de pensamiento sobre comida, animales, ecología y cosas afines.

Como en todos los temas sensibles, digamos aborto, matrimonio igualitario e ideología de género, hay mucha pasión y mucha grieta. Así que no es muy frecuente tener una conversación amable y racional. Afortunadamente ninguno de los dos sostiene posturas intolerantes y radicales respecto de los que piensan distinto así que fue una grata charla.

No quiero exponer lo que mi nieta piensa porque sería lindo que ella mismo lo pudiera decir, cosa que no es posible aquí. Cualquier cosa que yo diga sobre sus palabras podría ser  sospechosa de sesgo.

Así que solamente diré lo que planteé de mi parte.

Creo que todas las personas tienen derecho a vivir conforme a sus creencias y convicciones. Eso molesta a muchos cristianos porque piensan que todo el mundo debería vivir bajo los preceptos de Dios y que si no quieren habría que obligarlos, al menos en ciertos temas. Así, resultan ser tan radicales y agresivos como muchos de aquellos a quienes acusan.

Pero es curioso que, al estilo de esos cristianos, los radicales quieren imponer a toda la sociedad su postura respecto de la carne, el clima, el aborto, la ideología de género. Invocan una suerte de nuevo totalitarismo, del mismo cuño que aquel al que acusan de haberse impuesto por milenios, i.e. el totalitarismo misógino, machista, patriarcal. Buscan imponer un orden similar pero con paradigmas distintos.

A mí me parece que hacia lo que debemos tender es hacia una igualdad de respeto, de oportunidades, de derechos, de espacios públicos y privados donde no haya acepción de personas.

Lo que no me parece es que ciertos grupos deseen obtener derechos superiores al resto de la sociedad en nombre de sus particulares visiones de la realidad. Es claro que los sistemas imperantes deben aprender a ceder esos espacios. Pero no se puede dejar a los radicales libres para construir una sociedad distinta a la que critican pero igual de totalitaria.

No me parece.

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