Un hombre que estaba de visita en una granja, transitaba por el bosque acompañado de un muchacho de la casa. El sol brillaba y el aire era sofocante, por lo cual el hombre, viendo una senda que entraba al bosque, empezó a andar por ella, pero el muchacho se lo desaconsejó.

     – ¿Por qué no te gusta este camino? Parece muy bueno, rodeado de romeros y tomillos en flor.

     – No es el camino lo que no me gusta, sino el lugar a donde conduce.

     – ¿Quién ha hecho este camino y a dónde lleva? – preguntó el hombre.

     – Es el camino hecho por los cerdos y bien pronto entra en un lodazal espinoso.

Lo más importante no es el camino o cómo se ve este, sino el lugar al que conduce. Muchas veces nos dejamos llevar por la apariencia de las cosas sin darnos cuenta que su destino es malo.

En Proverbios 14: 12 dice: “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte” (RVR 1960)

Las circunstancias actuales o nuestra vista, pueden engañarnos, haciéndonos creer que estamos tomando la mejor decisión; sin embargo, llegado el momento vemos que el resultado no es el que esperábamos.

¿Te ha pasado que guiado por las personas, circunstancias o tu razonamiento tomaste una decisión equivocada?  Por eso el Salmo 37:5 dice: Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará. (RVR1960)

Nuestro entendimiento y conocimiento son limitados, podemos tomar nuestras previsiones y adelantarnos a algunas cosas pero solamente Dios conoce las consecuencias finales que tendrán nuestras decisiones, sólo Él sabe a dónde nos conduce el camino que hemos decido tomar. Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer  es encomendarle nuestro camino a Dios y confiar en Él.

¿Sabes a dónde conduce el camino que estás tomando?

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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