A lo largo de nuestra vida recibimos mil invitaciones, ya sea a eventos, a cargos, puestos que son muy tentadores; y nosotros tendemos a asentir estas invitaciones después de analizar si será cómodo para nosotros aceptar.

Dios nos hace una invitación constante para ser hijos suyos. En su Palabra nos dice que fuimos escogidos, no un accidente y tampoco quiere adoptarnos  por razones de lástima si no que nos ama y quiere que disfrutemos de sus promesas y bendiciones.

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9 (RV-1960)

Si aceptas la invitación que Dios te hace de corazón para hacerte su hijo Él cumplirá lo que dice en su Palabra acerca de no apartarse de ti, si no que tiene guardada una gran herencia para ti como hijo suyo, “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,  Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.” 1 Corintios 2:9 (rv-1960).

Pero el hecho de hacerte su hijo no quiere decir que ahora todo será fácil, si no que aunque la vida sea difícil, Dios como tu Padre, estará contigo y no te dejará ni un instante solo.

”No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10

A veces las personas llegan a pensar que el hecho de que Dios nos escoja y aparte quiere decir que sólo quiere usarnos y nada más, al contrario, Él quiere mostrar su gloria, su gracia y su poder a través de sus hijos.

Acepta la invitación que hoy Dios te hace y permite que escriba tu nombre en el registro del cielo y lo selle con la sangre preciosa de su hijo que dio su vida por ti antes que decidas aceptarlo.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario