En la actualidad es difícil confiar en alguien, en especial cuando te piden algo prestado o que colabores en su necesidad; seguramente muchos hemos sido engañados por algunas personas que inventan historias para recibir algo de ti, pero ¿Qué haremos?

Recuerdo la historia de una ancianita que pedía limosna en las calles, mucha gente tenía compasión de ella y le daba dinero; pero descubrieron que esta viejita en realidad no era pobre, tenía una casa propia, una fortuna en el banco e hijos en el exterior que le enviaban dinero constantemente. Sin embargo, vestía como mendiga y en lugar de invertir su dinero prefería pedir donación.

Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.” Mateo 5:42 (RVR 1960)

Al conocer esta historia, varios se decepcionaron e incluso muchos tomaron la decisión de no volver a apoyar a personas necesitadas; sin embargo, no podemos poner a todos en la misma bolsa. Existen personas que realmente precisan nuestro apoyo, que están en las calles sufriendo de hambre o sin poder llevar el alimento a su casa.

Jesús en este aspecto nos enseña algo importante: “Al que te pida, dale…” Si tienes la posibilidad de apoyar a alguien, hazlo, el Señor conoce tu corazón y eso es lo que vale, si esta persona te engañó, en su tiempo le llegarán las consecuencias; lo que a nosotros nos toca es dar porque entonces así recibiremos la bendición de lo alto.

Mejor si nos equivocamos dando a equivocarnos rehusando ayudar a alguien que nos necesita.

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario