“Hananí, uno de mis hermanos, vino a visitarme con algunos hombres que acababan de llegar de Judá. Les pregunté por los judíos que habían regresado del cautiverio y sobre la situación en Jerusalén. Me dijeron: «Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego». Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo.” Nehemías 1:2-4 (NTV)

Nehemías fue un hijo de Dios que al enterarse de la triste noticia de su pueblo se quebrantó en llanto, oró y ayunó por sus compatriotas. Sus lágrimas expresaban y demostraban cuánto amor tenía por sus parientes. Su compasión y misericordia por sus seres queridos lo llevó a suplicar al único y verdadero Dios que podía ayudarlos.

Realmente eso es amor en acción y lo puedes aplicar en tu entorno. Si tú amas a tu familia, amigos, nación y ves cómo está la situación, no te quedarás con los brazos cruzados porque la persona que ama hace hasta lo imposible por el bien de sus amados. Nehemías es un claro ejemplo de amor, quien dio todo por el bien de su pueblo con el propósito de que ellos disfruten la vida y reconozcan al único Dios que los restauró.

Algunas preguntas para reflexionar: ¿Cuál es mi reacción cuando veo a mis amigos (as) destruyéndose en el pecado? ¿Qué hago cuando mi familia está en desgracia? ¿Cómo reacciono cuando mi país está envuelto en la idolatría y corrupción? ¿Soy una persona que tiene el espíritu de Nehemías?  ¿Me pongo a clamar y ayunar cuando veo que las cosas no están bien?

Cuando veas que las cosas a tu alrededor no andan bien, solamente busca a Jesús, pide Su misericordia y ayuda, así como lo hizo Nehemías. Dios te escuchará y ayudará.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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