Hace algún tiempo me detuve en un puesto de venta para comprar, en eso se acercó un niño con su mamá y su hermana pequeña; el niño imploró a su madre que le comprase un par de agujetas para sus zapatillas deportivas pero la respuesta fue: “no tenemos dinero, no nos alcanza” Entonces me di cuenta que era una familia de escasos recursos, me quedé pensando en cómo ayudar pero en eso la familia se fue.

Grande fue mi error porque no reaccioné a tiempo, si bien tenía la buena intención de ayudarlos no lo hice a tiempo. A partir de ese momento siempre procuro ayudar en el momento porque hacerlo después puede ser demasiado tarde.

Proverbios 3:27-28 dice: “No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos. Si puedes ayudar a tu prójimo hoy, no le digas: «Vuelve mañana y entonces te ayudaré». (NTV)

La Biblia nos enseña la importancia de ayudar en el momento oportuno. Muchas veces tenemos la tendencia de cerrar los ojos a las necesidades de otras personas; sean vecinos, familia, gente en la calle y aun a hermanos en Cristo.

A diario luchamos con el tiempo para lograr cumplir con todas nuestras responsabilidades y pareciera sólo somos nosotros, hacemos invisibles a los otros y con ellos sus necesidades.

¿Crees que Dios coloca una persona con necesidad en tu vida por casualidad? ¡Yo no lo creo! Las casualidades no existen, si tienes delante de ti personas con necesidad, sé diligente y ayúdalos en el momento.

“Y no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios.” Hebreos 13:16 (NTV)

Por Judith Quisbert

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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