Se cuenta que en una oportunidad, don Máximo Daglio, un hombre que a pesar de sus años avanzados trabajaba con mucho empeño de la obra del Señor, se encontró en la calle con una gitana que le quiso adivinar la suerte.

Creyéndolo presa fácil, la mujer le dijo:

A esta pregunta don Máximorespondió con otra:

La gitana le echó una mirada lastimosa, pensando sin duda que el pobre anciano ya no estaba en del todo en sus cabales. Cuando ya se disponía  a partir en busca de un mejor cliente, don Máximo agregó:

Te has preguntado alguna vez, ¿cuántos años vas a vivir? Lo cierto es que el único que conoce el número de nuestros años en la tierra es Dios. Todos vamos a enfrentar la muerte algún día, más tarde o más temprano pero todos  pasaremos por eso porque tan sólo somos peregrinos y extranjeros en la tierra.

Lo que realmente importa es si estás preparado para la eternidad, si has estado viviendo una vida recta delante de Dios y de los hombres, si has reconocido que sólo Jesús puede darte la salvación y vida eterna que necesitas.

Nadie quiere pensar en la muerte y muchos le temen porque desconocen qué hay después de la vida pero, si como don Máximo, tenemos la certeza y creemos en la promesa de Jesús,  podemos vivir confiados de que este tiempo es de preparación, de tránsito y que no moriremos nunca.

“Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna”. Gálatas 6:8 (NTV)

No te preocupes tanto por las cosas terrenales y pon tu vida a cuentas con Dios y has su voluntad porque la eternidad te fue prometida.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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