“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” Marcos 1:35.

Sabemos que podemos acercarnos a Dios con toda confianza y hablar con Él a cualquier hora del día. Pero conversar con el Señor por la mañana es algo muy especial, porque es una forma de mostrarle que nuestra prioridad es Él. Jesús dijo: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” Mateo 6:33 (NTV)

Nuestro Señor Jesucristo se levantaba muy de mañana para hablar con su Padre y no había nada más importante para Jesús que pasar tiempos en oración. Él sabía que no era fácil vivir en un mundo lleno de pecado, por eso antes de iniciar su día, se fortalecía en el Señor y el poder de su fuerza.

Jesús, aun siendo Dios, atravesó por las mismas situaciones humanas pero Él no fallaba en su comunión personal con su Padre y como resultado venció a todas las adversidades que se le presentaban.

Efesios 5:1-2, dice: “Por lo tanto, imiten a Dios en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos queridos. Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo.”

¿Cómo está tu relación personal con Dios? ¿Pasas tiempos con tu Padre Celestial antes de iniciar tu día?  Si has dejado de hablar con Dios por las mañanas o nunca lo has hecho, puedes empezar hoy diciendo:

“Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.” Salmo 5:3.

“Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas.” Salmo 63.1.

Dios está dispuesto a escucharte y ayudarte este día. No dejes de hablar con Él.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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