Imagina que te quedes sin comer más de una semana, ¿Puedes responder cómo te sentirías? Recuerdo en una ocasión que dejé de comer casi tres días; el primer día trabajé con gran entusiasmo, el segundo día mi cuerpo estaba debilitado y no tenía fuerzas ni ganas para hacer algo, por tanto no realice el trabajo con eficacia. Y por último, el tercer día ni siquiera podía pararme, estaba totalmente agotada y rendida.

…para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Deuteronomio 8:3

La Palabra de Dios enseña que no sólo debemos alimentar el cuerpo físico, sino también nuestro ser interior.Si no comemos entonces comenzamos a desfallecer y no estaremos listos para los desafíos que cada vez son más exigentes en la vida cotidiana. De la misma manera, sin el alimento espiritual nuestro ser interior desfallece y, cuando viene la prueba, caemos en tentación porque no estamos fuertes para enfrentarla.

Del mismo modo, es necesario saber que el alimento que necesita nuestro ser interior es diferente al físico, porque no entra por la boca, sino por el oído. En su palabra dice: “de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” El alimento espiritual se obtiene al escuchar sus palabras y crecer con ellas.

Recuerda que así como nuestro cuerpo físico requiere buen alimento, también nuestro ser interior necesita alimentarse correctamente. Por tanto, es necesario hacerte un análisis personal y preguntarte a ti mismo: ¿Estoy alimentado mi espíritu? 0 ¿en estos momentos estoy tan débil que puedo caer fácilmente a una tentación o desanimarme rápidamente ante una prueba porque no estoy preparado?

Si me amáis, guardad mis mandamientos. Juan 14:15

Querido amigo, no esperes ser fuerte y vencer las tentaciones si tu espíritu está débil, si no has leído la palabra de Dios, si no has escuchado enseñanzas suyas. ¿Cómo podrás continuar una vida según la voluntad de Dios de esta manera?

Hoy te animo a empezar de nuevo para alimentar  tu espíritu, ahora mismo aparta un tiempo importante para orar y leer su palabra y arregla cuentas con el Señor. Además recuerda que es dudoso el amor de aquel no guarda su palabra.

¡Dile a Dios que lo amas con actos, no con palabras!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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