A veces nos preocupamos demasiado por un conflicto que no existe y dejamos de disfrutar el presente. Para que entiendas mejor quisiera darte un ejemplo:

Había un perro que cuidaba con esmero el hueso que su dueño le había regalado en la mañana y se quedó en el patio todo el día cuidando su regalo, pero cuando llegó su amo,  este trajo más huesos que al final los otros animales disfrutaron mientras el perro seguía cuidando el suyo.

¿Te has dado cuenta que a veces actuamos como este perro? Podemos imaginar los pensamientos que el perro tenía para no comer su hueso, por ejemplo, podría pensar: “No lo comeré porque tal vez después muera de hambre…” obviamente esto no sucedería, pero su preocupación le impedía disfrutar el momento, por lo que salió perdiendo.

Cuando imaginamos una situación futura crítica tendemos a angustiarnos, a veces vienen pensamientos como “de dónde sacaré dinero mañana…”, “y si mañana sucede que…” Entonces esta forma de pensar nos ocasiona un malestar y un estrés innecesario, el cual no se puede resolver porque es un conflicto ficticio que forma parte de nuestra imaginación.

“Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” Mateo 6:34 (RVR 1960)

La Palabra de Dios nos da un sabio consejo en este aspecto “no te preocupes por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación” Si bien es necesario ser prudentes con respecto a prevenir los conflictos futuros, no resolveremos nada preocupándonos por ellos anticipadamente, así que debemos ser sabios y disfrutar el presente.

En esta oportunidad quiero preguntarte ¿Estás disfrutando de tu vida y de las personas que te rodean? No permitas que las preocupaciones te hagan olvidar lo hermoso que es vivir. Te animo reflexionar si realmente tienes paz en donde te encuentras porque Dios te dio la vida para que la vivas en gozo y abundancia.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario