“Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” Génesis 4:9.

Podríamos sacar muchas enseñanzas de la historia de Caín y Abel, pero hoy quiero enfocarme en esta conversación entre Dios y Caín. “¿Dónde está tu hermano Abel?” “No sé. ¿Acaso es mi deber vigilar a mi hermano?”

¿Cuál sería tu respuesta si hoy Dios te preguntara por tu hermano(a)?

Es tan triste ver pelearse a hermanos en un hogar y tratarse con tanta indiferencia, incluso parece que son enemigos más que una familia. Pero es una realidad de estos tiempos que incluso se puede ver dentro de la iglesia.

A veces somos tan indiferentes al dolor y a las situaciones difíciles que atraviesan nuestros hermanos en Cristo, que ni sabemos cómo se encuentran o qué es lo que necesitan. Olvidamos que somos una familia, miembros de un mismo cuerpo e hijos de un mismo Padre.

El apóstol Pablo, le dijo a Timoteo que habría tiempos muy difíciles y que estas cosas sucederían en los últimos días:

“Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios.” 2 Timoteo 3 (NTV)

Sin lugar a dudas, la falta de Dios en nuestras vidas puede llevarnos a cometer errores y actos que no le agradan a Él; como vivir peleados o tratar con indiferencia a nuestros hermanos, actitudes que no deben existir en nosotros. “…porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios; pero el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.” 1 Juan 4:7-8 (NTV)

El verdadero amor debe reflejarse en nuestras acciones, amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, ofreciendo nuestro tiempo y amor incondicional para brindarles el apoyo que necesitan.

La palabra del Señor dice: “Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano.” 1 Juan 3:10 (NTV)

Demostremos amor a nuestros hermanos con  acciones y no sólo con palabras. Y si Dios nos pregunta hoy: ¿Dónde está tu hermano?, sepamos dónde está y cómo está, porque sí debemos preocuparnos por ellos y ayudarles a seguir adelante.

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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