Cuando atravesamos momentos difíciles, una enfermedad, un problema económico, una desilusión amorosa, etc. A veces creemos que Dios nos ha abandonado, que no nos ama, que nos ha olvidado, y un sin fin de cosas.  ¿Has pensado de esa manera?

Este tipo de reacción en medio del sufrimiento no es de una persona que ha puesto su confianza en Dios, es de alguien que no ha conocido por completo al Señor y ahora está dudando de Él.

¿Qué hacer en ese momento donde nuestros pensamientos nos dominan y nos hacen dudar del poder y la existencia de Dios?

“Pero si oras a Dios y buscas el favor del Todopoderoso, si eres puro y vives con integridad, sin duda que él se levantará y devolverá la felicidad a tu hogar.” Job 8:5-6 (NTV)

Lo que debemos hacer es buscar a Dios y confiar en Él. Para eso es importante orar, leer su Palabra y llenarnos de su Presencia, es decir, apartar un tiempo a solas con Él.

Dios sabe cuáles son nuestros problemas y qué es lo que necesitamos. Ha prometido estar con nosotros todos los días y no abandonarnos jamás. No perdamos la fe ni la esperanza, la tribulación es temporal. Aunque ahora no veamos ninguna solución, Dios va a glorificarse por las maravillas que hará en nosotros.

“Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.”  2 Corintios 4: 17-18.

Sea cual sea tu situación, Dios tiene un propósito con ello y es necesario que la atravieses. Él sabe qué es lo que necesitas para crecer espiritualmente y quiere ayudarte acercándote más a Él. Porque a través del dolor, sin darnos cuenta, nuestra relación con Dios se hace más cercana que nunca.

Por favor, no te rindas ni dejes de creer en Dios, Él te ama y nunca te abandonará. Jesús dijo: …y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:20. (RVR1960)

Oremos:

Señor amado, gracias por tu palabra y por esta oportunidad de hablar contigo. Perdóname por desconfiar de ti y cuestionar tu poder. Por favor quita toda duda de mí, toda aquella mentira que me quiera llevar a perder mi confianza en ti y en tus promesas. A partir de hoy decido creer más en tu palabra que en mis circunstancias. Amén.

 

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario