Un ministro de Escocia tenía en su iglesia una hermana muy pobre que tenía el hábito de decir: “Bendito sea el Señor, Amén”, cuando el predicador decía algo destacado.

Esto molestaba mucho a aquel ministro y le dijo: “¿Sabe hermana Elizabet, que cuando usted dice: “Bendito sea el Señor”, durante el sermón, interrumpe mis pensamientos? Si no lo hace durante todo este año le regalaré un par de frazadas nuevas”. La hermana Elizabet era muy pobre y esta oferta le pareció buena.

Hizo lo que pudo por ganárselas. Permaneció quieta domingo tras domingo; pero un día vino un pastor visitante a predicar; era un hombre de cuyo corazón rebosaba el gozo de su salvación.

A medida que predicaba acerca del perdón del pecado y de todos las bendiciones que le siguen, la visión de las frazadas prometidas comenzó a desvanecerse mientras el gozo de la salvación aumentaba.

Al fin no pudo contenerse más y se levantó diciendo con voz fuerte: “¡Frazadas o no frazadas, aleluya!”

Al igual que la hermana de esta historia, nosotros también podemos experimentar ese gozo que viene del Señor.

El gozo es un fruto del Espíritu Santo dado a nosotros (Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe… Gálatas 5:22) y que permanece a pesar de toda situación o circunstancia. Este es un gozo profundo y firme que persiste victorioso aun cuando las cosas no marchen nada bien. En Filipenses 5:22 nos dice “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo:!Regocijaos!”

Es posible experimentar el gozo de Dios cuando reconocemos su poderío, cuando tenemos la seguridad de que cumplirá sus promesas y vivimos en fe no importando lo que estemos pasando. El Poder de Dios, puede tomar el problema más grande y transformarlo en una bendición para nosotros. El plan de Dios siempre es el mejor para nosotros. Porque le importamos a Él.

Y Él escogió darnos gozo, porque sabía que lo necesitaríamos en nuestro día a día.

Confía y gózate en Dios!

Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Nehemías 8:10 (RVR1960)

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

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