Hace un tiempo entrevistaron un asesino que había acabado con la vida de más de 10 personas, quien fríamente decía que no podía hacer nada para devolverles la vida y que no se arrepentía. Después de un periodo largo en la prisión se vio a este varón con un nuevo semblante pues había tenido un encuentro personal con Dios. Esa frialdad fue remplazada por humildad y por el amor de Dios. ¡Hay esperanza para los perdidos!
El Señor busca personas dispuestas a interceder por ellos, Jehová dijo: “»Yo he buscado entre ellos a alguien que los defienda; alguien que se ponga entre ellos y yo, y que los proteja como una muralla; alguien que me ruegue por ellos para que no los destruya. Pero no he encontrado a nadie.” Ezequiel 22:30 (TLA)
¿Eres tú a quien Dios busca como intercesor? Sin ninguna duda, ya que el pecado abre brechas en los muros espirituales y la intercesión es la que va reparando esos daños causados por el pecado y que el enemigo aprovecha para destruir vidas.
Cuando hay pecado existe una fisura entre Dios y el hombre, sin embargo el intercesor va levantando esas murallas y poniéndose en la brecha con sus oraciones para que Dios obre.
Las personas que aún no conocen a Jesús como Salvador, están en tinieblas, su Palabra dice: “Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios.” 1 Corintios 2:14 (TLA) Nosotros tenemos el privilegio de ser hijos de Dios y nuestra responsabilidad es clamar por ellos.
Sólo Dios puede cambiar el destino de las personas y la oración intercesora es una fuente de poder que se usa para obrar a favor de quien está en necesidad.
¡Oremos porque con Dios siempre hay esperanza!

 

El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.

Deja un comentario